Ruta 6

Por:  Mariela Ibarra

Si quiere saber mi opinión, señor director, la culpa es de la otra niña. Reconozco que al principio transportar a Isabella fue un problema, dejaba los asientos babeados, pero lo peor eran sus alaridos guturales, ¡y qué decir de sus hábitos de higiene!, todos sufríamos arcadas con su aliento pestilente, pero aún así es la estudiante con el mejor comportamiento que he transportado jamás. Mientras los demás niños hacen del bus un infierno ruidoso; Isabella permanece quieta en su silla, quietecita, ausente de todo el caos que hay a su alrededor, bueno, en realidad siempre está ausente de todo, con ese gesto de estupidez lúcida que es tan propio de los zombis.

Aunque he de admitir que sus ojos cobran un poco de… digamos vida, cuando pasamos por el mirador y se puede observar la ciudad bañada por el cielo encendido de amarillo y rojo. Ella arquea el lado derecho del labio y deja al descubierto sus encías negras, una sonrisa macabra provocada, creo yo, por esa hermosa sugerencia de la ciudad ardiendo en llamas.

En cambio esa Gabriela siempre me da problemas, grita, vomita, escupe, además es groserísima, sólo a ella se le ocurre jugar con unas tijeras en un bus en movimiento y ¡quién la manda a cortarse al lado de un zombi!, ¿sabe usted cuánto llevaba sin comer Isabella?, no ve que ni siquiera trae lonchera. Pero, sin querer restarle importancia al asunto, si hay algo bueno que sacar de todo esto es que, por lo menos, ya Isabella no se va a sentir tan diferente

Published in: on agosto 30, 2011 at 2:29 am  Comments (1)  

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  1. Hola, miren que este cuento fue finalista en un concurso. Les dejo el link con el fallo del jurado. http://www.servercronos.net/bloglgc/index.php/minatura/2011/09/30/fallo-del-jurado-del-ix-certamen-interna-2011


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