Por una palabra traviesa o una sonrisa coqueta la mujer espera. La alfombra ha perdido su acolchado en la zona alrededor de la mesa del teléfono. Revisa si tiene tono y cuelga con la oreja prendida de él. Observa por la ventana los girasoles muertos en el balcón, su brazo se cae y un aroma etílico inunda la habitación, mira la copa aún asida a la mano inerte, cerca a los hielos condenados a morir en la alfombra, suspira entre un ronquido que le sale por la tráquea a medio desprender. (más…)
Rabioso, Pedro y el mazamorrero
-¡Emilia, cuantas veces te he dicho que amarrés a este hijueputa chandoso en el patio!
-Tranquilo mijo, él no es sino bulla…¡¡ Rabioso pal’ patio!! (más…)
Obra de muertos
Desde el escenario gritó: ¡Poncho abre el telón voy a actuar! En el camerino, Poncho terminaba de guardar el vestuario, las máscaras y el maquillaje. Cuando lo escuchó corrió al escenario.
-¿Maestro?
-Abre el telón, vamos a actuar.
-No hay mucho tiempo profesor, ellos ya casi llegan ¿y actuar sin público?
-¡Este es nuestro tiempo, ya estamos muertos hace meses Poncho! (más…)
La insoportable pesadez de la vejez
Cali, 26 de Septiembre de 1969
Querida hermana:
Perdóname por no escribirte antes, pero las cosas acá funcionan diferentes y me demandan mucho tiempo, siempre has sabido que quiero con el alma a Genaro, pero el viejo ha terminado por volvérseme una carga que tal vez no pueda seguir soportando, te lo confieso a tí. No estoy contenta, la vida que nos ha tocado en gracia no es la mejor, pero sé que es la única, se ha vuelto insoportable desde que enfermó. La vieja Josefina me dejó tirado el trabajo hace una semana y no te imaginas cómo está la casa, patas arriba. ¿Te acordás de la casa de mi tía Socorro? Hacé de cuenta, ahora la entiendo, a ella también le tocaba cuidar a un viejo, aparte de los hijos, gracias a Dios yo no tuve. (más…)
Alone
Una patada en el estómago lo dejó sin aire. El puñetazo le aflojó los dientes, la sangre salpicó a los agresores. Sintió que la boca se le llenaba de sangre. Se dobló. Sus manos maniatadas le impedían el equilibrio. Intentó levantarse, no pudo. Una patada en la cabeza. Perdió el sentido.
Rocío llegó a su casa y prendió el viejo computador. Algún día tendré un portátil, pensó. Entró a la red social y esperó con impaciencia.
– Fireman: ¡Hi precious, ¿Como estar el día?
– Roxy: ¡Super bien, mi amor¡…. Aquí extrañándote ¡!!!!
– Fireman: Me too, me estar happy ¡!!! I’m dying to kiss you ¡!!!
– Roxy: yo también, estoy ansiosa!!!! (más…)
Amores
Sandra Patricia Caicedo
Él era argentino y ella una cornuda de mirada compasiva. A lo más 40, pero los sabía llevar como las porteñas. Estábamos en una fiesta a la que de haber sabido, no habría ido, me pudre que habiendo planeado todo entre él y yo, se aguara porque no pudo deshacerse de ella…pero tranquilo querido, yo no soy de esas. (más…)