Cali, 26 de Septiembre de 1969
Querida hermana:
Perdóname por no escribirte antes, pero las cosas acá funcionan diferentes y me demandan mucho tiempo, siempre has sabido que quiero con el alma a Genaro, pero el viejo ha terminado por volvérseme una carga que tal vez no pueda seguir soportando, te lo confieso a tí. No estoy contenta, la vida que nos ha tocado en gracia no es la mejor, pero sé que es la única, se ha vuelto insoportable desde que enfermó. La vieja Josefina me dejó tirado el trabajo hace una semana y no te imaginas cómo está la casa, patas arriba. ¿Te acordás de la casa de mi tía Socorro? Hacé de cuenta, ahora la entiendo, a ella también le tocaba cuidar a un viejo, aparte de los hijos, gracias a Dios yo no tuve. (más…)